Los intereses comerciales no tienen limites, de todos es sabido. Pero en este caso, han explotado la capacidad aventurera del ratón. Tiene agallas. Yo no lo haría.
En el primer caso, yo no lo llamaría inteligente, lo llamaría ratón-obeja. En efecto, se llama inteligente a aquel que aprende a hacer lo que le mandan y a no salirse del circuito. Todo ápice de libertad o de querer obtener el premio de una forma que supere la mente limitada del que construye rampas y vallas con carton y plastilina es castigada con una redirección.
Un buen trabajo de alienación por parte del dueño. Un pobre roedor, aunque muy ágil.
Sin embargo, ahora mismo me siento cómo el ratón, alienado y borrego.
El primero está hecho un crack jejej :D muy inteligente el animalillo, a saber como le habrán enseñao jeje
ResponderEliminarY el segundo... pobretillo, lanzar un ratón en paracaidas sólo por publicidad jeje que penica eje
Los intereses comerciales no tienen limites, de todos es sabido. Pero en este caso, han explotado la capacidad aventurera del ratón. Tiene agallas. Yo no lo haría.
ResponderEliminarEn el primer caso, yo no lo llamaría inteligente, lo llamaría ratón-obeja. En efecto, se llama inteligente a aquel que aprende a hacer lo que le mandan y a no salirse del circuito. Todo ápice de libertad o de querer obtener el premio de una forma que supere la mente limitada del que construye rampas y vallas con carton y plastilina es castigada con una redirección.
Un buen trabajo de alienación por parte del dueño. Un pobre roedor, aunque muy ágil.
Sin embargo, ahora mismo me siento cómo el ratón, alienado y borrego.